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Bitcoins: piezas del puzzle

Si introduces la palabra bitcoin en Google, te aparecerán miles de resultados. Se trata de un vocablo de rabiosa actualidad. Pero, ¿sabes cómo funciona el mecanismo que hay detrás de este tipo de criptomoneda? Aquí entran en juego multitud de conceptos, tales como exchange, wallet, hash, claves pública y privada o minería. Que no cunda el pánico, que nos encargaremos de explicarlos.

Para empezar, hemos de dejar claro que hay un número máximo de bitcoins a emitir. Concretamente, 21 millones. Con esta medida se impide la reducción de su valor como consecuencia del aumento de la oferta.

Existe un calendario matemático prefijado, de forma que, en 1 hora, el sistema genera 6 lotes de bitcoins (se lanza uno cada 10 minutos), siendo que cada uno de los lotes contiene una cantidad máxima de 50 bitcoins. El tamaño de cada lote, es decir, el número de bitcoins que se emite, va disminuyendo progresivamente, hasta alcanzar el máximo de 21 millones de bitcoins. Se calcula que se llegará a esta cifra en el año 2140.

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Para “abrir” los lotes de bitcoins, es necesaria la realización de una práctica denominada minería. Si pensamos de un modo tradicional, los mineros del oro buscaban y extraían dicho metal precioso valiéndose de una pica. En el mundo de los bitcoins es lo mismo, solo que sustituyendo esa herramienta por equipos de hardware y software muy sofisticados.

Así pues, el sistema, cuando genera un lote de bitcoins, al mismo tiempo envía a los mineros de todo el mundo un problema matemático y, el más rápido en resolverlo, consigue “abrir” ese lote, de manera que se ponen en circulación nuevas unidades monetarias. No obstante, previamente es necesario que la mayoría de los mineros confirme que la solución a la que ha llegado el vencedor es correcta. El minero que logra resolver el desafío, por medio de cálculos computacionales, obtiene una comisión en bitcoins, como recompensa a su trabajo.

Cuando el minero encuentra la solución, crea un bloque. Pero antes de abarcar la cuestión del blockchain (cadena de bloques), trataremos el tema de cómo comprar bitcoins. Para ello, hemos de acudir a un exchange (intercambio). Se trata de una plataforma virtual que permite realizar operaciones de compraventa de criptomonedas con dinero fiat, así como de intercambio de un tipo de criptomoneda por otro.

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No, el dinero fiat no tiene nada que ver con la marca italiana de automóviles. De hecho, si miras en tu cartera, lo encontrarás. El dinero fiat (en latín, hágase), o dinero por decreto, es aquel que es emitido por un banco central y respaldado por un Estado o grupo de Estados. Por tanto, son dinero fiat el euro, el dólar o la libra.

Pues bien, una vez que estamos en una plataforma exchange, para poder comprar bitcoins, tenemos que crearnos una wallet (monedero). Al hacerlo, recibiremos dos tipos de direcciones o claves digitales: la pública y la privada, que en ambos casos son únicas.

La clave pública equivaldría a nuestro IBAN, y sirve para recibir bitcoins. La clave privada sería el número pin para poder acceder a nuestra cuenta bancaria, y sirve para consultar los fondos que tenemos y efectuar transferencias de bitcoins. Por tanto, desde la wallet se pueden guardar, enviar y recibir bitcoins.

Cuando se va a realizar una transacción de bitcoins, vuelven a entrar en juego los mineros de los que hablábamos unas líneas más arriba. Y ello es así porque la transacción no se considera válida hasta que los mineros, a cambio de una comisión, la verifican y la añaden a la cadena de bloques.

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El blockchain es el registro o historial digital y público de las transacciones de bitcoins por orden cronológico. Muestra cómo sus propietarios van cambiando a lo largo del tiempo, de forma que, progresivamente, se van añadiendo nuevos bloques a la cadena. No obstante, no se muestra el nombre de los compradores y vendedores o intercambiadores. Lo único que podemos ver es un hash, esto es, un código alfanumérico que permite trazar los movimientos de las transacciones, pero que impide identificar a sus titulares.

El hash es utilizado por los mineros para validar las transacciones. Son el producto de fórmulas matemáticas que lo que hacen es sintetizar en muy pocos caracteres alfanuméricos una gran cantidad de información. No hay dos hash iguales, y no se pueden modificar, por lo que con ello se consigue la integridad de la información.

La función hash SHA-256 es una pieza clave de la codificación de información en el sistema de bitcoins. Si la utilizamos e introducimos como input (elemento de entrada) la frase “El Compliance es necesario”, el output (elemento de salida) sería el siguiente: EAD855CAD29F9974291552665CF0490E6830F101E3336CE23FE8603FED55ED66.

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Así pues, de la explicación del engranaje del mecanismo de los bitcoins se concluye que:

· El bitcoin es un tipo de moneda virtual.

· No depende de ningún Estado o banco. Se trata de un sistema descentralizado y democrático basado en el consenso de sus usuarios. Una consecuencia de ello es que, hoy por hoy, su regulación es muy escasa.

· El sistema se basa en técnicas de cifrado para generar unidades monetarias y verificar transacciones. Ello implica que no se pueda conocer la identidad de los usuarios y que las transferencias sean seguras. Es prácticamente imposible que se cometan robos y falsificaciones de dinero.

Si quieres saber más sobre las criptomonedas, puedes leer nuestro artículo: Curiosidades que se esconden tras las criptomonedas | Bilanx.

 

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