Cuando te detienen para realizar un test de alcoholemia, es importante conocer tus derechos y obligaciones, así como la mejor manera de actuar en esta situación. A continuación, te ofrecemos una serie de consejos sobre qué hacer y qué no hacer si te detienen para soplar en un control de alcoholemia.
Qué hacer frente a una prueba de alcoholemia
- Mantén la calma: Si la policía te da el alto para realizar una prueba de alcoholemia, es fundamental mantener la calma y ser respetuoso con los agentes de la autoridad.
- Colabora con la prueba: Si te solicitan realizar la prueba de alcoholemia, debes colaborar y realizarla, ya que es una obligación legal y su negativa supone la comisión de un delito.
- Identifícate: Debes proporcionar a los agentes de la autoridad tu documentación personal (DNI o pasaporte) y la documentación del vehículo (permiso de conducir, tarjeta de la ITV y permiso de circulación).
- Solicita información: Si la prueba de alcoholemia arroja un resultado positivo, tienes derecho a solicitar información sobre las consecuencias legales, así como a ser informado sobre tus derechos.
- Contacta con un abogado: Si eres detenido o se te imputa un delito contra la seguridad vial, es aconsejable contactar con un abogado especializado en el derecho penal para recibir asesoramiento legal adecuado.
Qué no hacer frente a una prueba de alcoholemia
- No te niegues a soplar: Negarte a realizar la prueba de alcoholemia puede ser considerado un delito y acarrear consecuencias legales graves, como la pérdida de puntos del carné de conducir, multas económicas e incluso pena de prisión en casos más graves.
- No discutas ni alteres el orden público: Mantén siempre una actitud respetuosa y evita discutir o confrontar a los agentes de la autoridad, ya que esto podría agravar tu situación.
- No admitas culpa sin asesoramiento legal: Si te imputan un delito contra la seguridad vial, no admitas culpa sin antes haber consultado con un abogado especializado en la materia, quien te asesorará sobre la mejor manera de proceder.
Si te detienen para realizar una prueba de alcoholemia, es fundamental mantener la calma, colaborar con los agentes de la autoridad y conocer tus derechos y obligaciones. Asimismo, es recomendable contar con el asesoramiento de un abogado especializado en caso de enfrentar consecuencias legales por un resultado positivo en la prueba.
Límites legales de alcohol en sangre para conductores
En España, la legislación vigente establece límites legales de alcohol en sangre y en aire espirado para los conductores. Estos límites varían según la antigüedad del permiso de conducir y el tipo de vehículo. La Ley de Seguridad Vial y su Reglamento sancionan el conducir bajo los efectos del alcohol, y las infracciones pueden ser consideradas como faltas administrativas o delitos, dependiendo de la gravedad del caso.
Límites legales de alcohol:
Conductores noveles (con menos de dos años de antigüedad en el permiso): 0,3 gramos por litro de alcohol en sangre (g/l) o 0,15 miligramos por litro en aire espirado (mg/l).
Conductores profesionales (taxistas, transportistas, conductores de autobuses, etc.): 0,3 g/l en sangre o 0,15 mg/l en aire espirado.
Resto de conductores: 0,5 g/l en sangre o 0,25 mg/l en aire espirado.
Sanciones administrativas:
Si un conductor supera los límites legales de alcohol pero no llega a doblarlos, se considera una infracción administrativa. Las sanciones incluyen multas económicas (entre 500 y 1.000 euros, dependiendo del nivel de alcoholemia) y la retirada temporal del permiso de conducir (entre 1 y 4 meses). Además, se pueden perder puntos del carné de conducir.
Delitos contra la seguridad vial:
Si un conductor supera el doble de los límites legales de alcohol, se considera un delito contra la seguridad vial. Las sanciones incluyen pena de prisión de 3 a 6 meses, multa económica, trabajos en beneficio de la comunidad y la retirada del permiso de conducir por un periodo de 1 a 4 años. Asimismo, si pese a no superar dichos límites se pone en riesgo la seguridad vial, también puede condenarse por un delito de conducción bajo los efectos del alcohol.
Además, negarse a realizar la prueba de alcoholemia también se considera un delito y conlleva sanciones similares a las del delito contra la seguridad vial.